domingo, 23 de noviembre de 2008

Obras Saint-Saëns


El año pasado, mi profesora de clarinete organizó una master class y en ella, una chica tocó el primer movimiento de la Sonata para clarinete y piano (Op.167) de Camille Saint-Saëns (os la recomiendo, jeje). A mi me gusto mucho y me llamó la atención. A partir de aquí fue cuando busque información de este compositor.

Y este año para Halloween, mi profesor, en el conjunto de Clarinetes nos trajo la adaptación de la danza macabra (op.40) de Saint-Saëns para el conjunto. Era un poco difícil, pero divertida de tocar. Busqué información sobre la canción y la verdad es que no sabia de que iba hasta encontré esto:
Cuenta una historia que, al dar la media noche, la Muerte tiene el poder de aparecerse en los cementerios. Allí toca una danza en su violín y llama a los muertos, que salen de sus tumbas para bailar hasta el amanecer.
A través de los siglos se han creado diversas formas de la tradición de la danza macabra (macabro quiere decir relativo a la muerte). Por ejemplo, en la Edad Media era un recordatorio de que todos vamos a morir, pues para esto no hay distinción entre los hombres. Así, la Muerte se aparece a ricos y pobres, a jóvenes y viejos, a hombres y mujeres. A pesar de que no quieren seguirla, todos van tras ella en una danza que los lleva a la tumba. La enseñanza es que debemos recordar siempre que la vida es corta y que tenemos nuestro final asegurado, por lo que hay que vivir del lado del bien.
El hombre ha representado la danza macabra en distintas artes; la pintura ha sido una de ellas. Después de las grandes epidemias de Peste Negra del siglo XVI, que mataron a una tercera parte de la población europea, en los siglos XV y XVI se hicieron muchas pinturas y grabados de la danza de la muerte; las primeras se pintaban en los muros y los segundos se imprimieron directamente en libros. En muchos de los casos, las pinturas tenían textos asociados.
En la barda del Claustro de los Inocentes, recinto de París que estaba junto a un cementerio, entre 1424 y 1425 se pintó la danza macabra más antigua que conocemos (en francés, “danza macabra” se dice danse macabre). En esta pintura, los personajes que siguen a la Muerte son de lo más diverso: desde un papa, un rey, un obispo y un doctor, hasta un mercader, un monje, un campesino y un niño. Esta danse macabre fue destruida en 1669; afortunadamente en 1485 se había impreso un libro con imágenes muy similares a las de la pintura del Claustro de los Inocentes. Se conserva un ejemplar de la edición de 1485 en la Biblioteca de Grenoble. Esta pintura tenía un texto asociado, que se preservó en dos manuscritos que ahora están en la Biblioteca Nacional de París. Aunque no se sabe el nombre del pintor, el texto se atribuye al escritor Jean Gerson.
Camille se interesó en la tradición de la danza macabra: tomando como base un poema referente a ella de Henri Cazalis (1840-1909), escribió una canción para voz y piano. Un par de años más tarde, basado en el mismo texto, Camille compuso un poema sinfónico con el título de Danza macabra, Op. 40. Un poema sinfónico es una pieza de música orquestal basada en un “programa”, es decir, en un escrito que se da al público antes de escuchar la obra.
La primera vez que se tocó esta obra de Saint-Saëns, en 1875, no tuvo mucho éxito. El público se escandalizó por los efectos sonoros de la obra, pues resultaban demasiado novedosos para la época. Cuenta la historia que el estrépito que hizo el público de París tras la primera presentación de la Danza macabra causó que la madre del compositor se desmayara. Franz Liszt, amigo de Camille, defendió la obra a tal punto que escribió una versión para piano solo.
En nuestros días, junto al Carnaval de los animales, la Danza macabra es una de las obras más populares de Camille Saint-Saëns. Es interesante saber que estas dos obras tienen música en común: en la sección llamada “Fósiles” del Carnaval de los animales, el compositor utiliza una melodía casi idéntica a una parte de la Danza macabra y en ambos casos utiliza el xilófono para representar el sonido de los huesos.

En este enlace se puede escuchar la Danza macabra y otras obras.


En este otro se puede leer la historia de lo que se oye.

Charles Camille Saint-Saëns


Nació el 9 de Octubre de 1835 en la Rue du Jardinet (en el Barrio Latino de París). Su apellido es el nombre de un pequeño pueblo de Normandía del que procedía su familia, de origen campesino. Su padre Victor Saint-Saëns, era un funcionario público que se estableció en París y que en 1834 se casó con Clémence Collin (1809-88).
Victor murió de tuberculosis tres meses después del nacimiento de su primer y único hijo. Los médicos aconsejaron a su madre que enviara al delicado niño con una niñera a respirar los aires del campo a Corbeil, durante un período de dos años, ya que era probable que su padre le hubiera transmitido la enfermedad. (Estaban en lo cierto, ya que Camille padeció a lo largo de toda su vida afecciones pulmonares). Su madre Clémence tenía pocos medios para criarlo y recibió con agrado la oportunidad de seguir viviendo con su tía abuela, Charlotte Masson, cuando ésta enviudó.
A lo dos años y medio se sentó por primera vez frente a un pequeño piano que nadie había abierto desde hacía años: el pequeño Camille tocaba las notas una a una, cuidadosamente, hasta oírlas desaparecer, hubo que afinarlo y comenzó a practicar el piano con su tía abuela, que aunque no era profesora tenía una sólida formación musical. Le consiguieron piezas fáciles de Haydn y Mozart, ya que no quería tocar las piezas habituales de los álbumes infantiles. Comenzó también muy pronto a componer. Su primera obra fue una pieza para el piano, datada el 22 de marzo de 1839 (cuándo tenía 4 años y 7 meses), que se conserva en la Biblioteca Nacional de Francia. A los cinco años escribió su primera canción (Le Soir) y ya podía tocar sonatas sencillas al piano.
Se subió por primera vez a un escenario tocando como acompañante el piano en la Sonata para violín de Beethoven. En 1842, cuando tenía siete años, Saint-Saëns comenzó a tomar lecciones con Camille-Marie Stamaty (1811-70), un discípulo de Friedrich Kalkbrenner.
A los diez años, dio el primer concierto, debutando a la Salle Pleybel con el Concierto para piano núm.15 de Mozart (K. 450) en Si bemol mayor, junto con otras obras de Handel, Kalkbrenner, Hummel y Bach. Como a bis, Saint-Saëns se ofreció para interpretar una de las 22 Sonatas de Betthoven de memoria.
Músico muy dotado —fue un virtuoso pianista y también un excelente improvisador al órgano—, espíritu curioso por todo, escritor, caricaturista, gran viajero, Saint-Saëns desempeñó un papel excepcional en la renovación de la música francesa, tanto por su enseñanza —tuvo como alumnos, entre otros, a Fauré y Messager—, como, sobre todo, por su actividad en favor de la música nueva —fue uno de los fundadores de la «Société Nationale de Musique», destinada a tocar y difundir la música francesa—. Puede considerársele como un jalón esencial de la renovación que condujo a Debussy y a Ravel.
Saint-Saëns fue un intelectual multifacético. Desde pequeño se dedicó al estudio de la geología, la arqueología, la botánica y la entomología (específicamente a la rama de los lepidópteros). Con tres años ya sabía leer y escribir y con siete ya dominaba el latín. Fue también un excelente matemático. Además de la actividad musical como compositor, intérprete y crítico, se dedicó a las más variadas disciplinas, entreteniéndose en discusiones con los mejores científicos europeos y escribiendo doctos artículos sobre acústica, ciencias ocultas, escenografía teatral en la Roma Antigua e instrumentos antiguos. Fue miembro de la Sociedad Astronómica de Francia, poseía un telescopio, y proyectaba sus conciertos para que coincidieran con algunos acontecimientos astronómicos (como eclipses solares). También escribió una obra filosófica (Problemas y misterios), un volumen de poesía (Rimes familières) y la comedia (La crampe des écrivains), que tuvo un gran éxito.
Su extensa obra —compuso más de 400 abordando casi todos géneros musicales— es muy ecléctica, de un gran clasicismo y de una perfección a menudo un poco forzada, lo que ha motivado que se la considere demasiado académica (en Francia sobre todo). Sin embargo, a menudo es una música de gran belleza, con una gran calidad de escritura. Fue también el primer gran compositor que escribió música para el cine (para la película de Henri Lavedan L’assassinant du Duc de Guise).
Camille Saint-Saëns murió de una pulmonía el 16 de diciembre de 1921, al Hôtel de l’Oasis, de Argel.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Hola!

Hola, me llamo Sònia y he hecho este blog para compartir lo que más me gusta, la música!
Ahora tengo catorce años, toco el clarinete y el piano. Os contaré un poco de lo que he hecho estos años y como llegué a interesarme por este arte.
De pequeña mis padres me apuntaron a música. A ellos siempre les había gustado la música. Comencé en la escuela de música de mi pueblo a los tres años. La verdad, es que no recuerdo mucho… mis padres me cuentan que me gustaba y que iba muy contenta.
A los cinco años, comenzamos “la rueda de instrumentos”, y a los siete elegí mi instrumento, mis padres pensaron que decidiría el chello o la flauta travesera, pues son los que había mencionado como posible opción, pero yo elegí el clarinete. Ellos se quedaron parados, porque yo no lo había mencionado con anterioridad.
Tengo muy buen recuerdo de todos los profesores que he tenido. Recuerdo que el primer profe que tuve buscó inventos de todo tipo para que pudiera tocar bien, ya que el clarinete era muy grande… o yo muy pequeña…jejej Unos años más tarde tuve una profesora, con la que he estado hasta ahora y a la que añoro mucho... Con ella aprendí a dejarme ir, la verdad es que me costo bastante, pero lo conseguí!
También toco el piano desde el curso pasado. Tengo una profesora con la que disfruto mucho, tiene mucho empeño para hacer cosas nuevas y es muy divertida.
Este es el tercer año que me educo en casa, gracias a esto estoy descubriendo como soy yo misma, que es lo que me gusta y mi verdadera pasión por la música. Ha sido uno de los grandes empujones que me esta ayudando a dejarme ir, a estudiar por gusto, a sentir curiosidad por la cosas nuevas y animo de superación. Desde entonces tengo una manera diferente de ver las cosas.
Ahora estoy en el conservatorio donde he notado bastante el cambio sobretodo por la manera de hacer las cosas, todo es diferente.
A parte de la música también me gusta mucho las lenguas, la psicología, algún día me gustaría entender la mente humana.

Espero que os gusten las cosas que vaya colgando!